En el cultivo de soja, los niveles de infección de semillas con patógenos están principalmente determinados por condiciones ambientales, especialmente temperatura y humedad durante el período de floración – madurez y almacenamiento. Esta presencia de patógenos en la semilla de soja puede causar pérdidas de rendimiento y/o disminución de la calidad comercial del grano. Además, si el grano infectado se destina a semilla, el resultado serán lotes con menor número de plantas y/o con plantas débiles que luego toleran menos la acción de otros patógenos o los efectos de factores ambientales adversos.

Los hongos pueden provocar podredumbres, necrosis superficiales, manchas, granos chuzos, esclerotización, disminución del poder germinativo y del vigor de las plántulas, así como alteraciones fisiológicas. Dichas alteraciones incluyen el deterioro de las reservas alimenticias (contenido de proteínas, aminoácidos y aceites) y la producción de micotoxinas.

Dentro de las enfermedades de la semilla, fusarium y phomopsis afectan el poder germinativo de la misma y pueden provocar pérdidas del rinde de 5% a 10%. Penicillium y Aspergillus generalmente se encuentran en semillas almacenadas y también pueden afectar al rinde.

“La disponibilidad y distribución de semillas con buena sanidad y calidad constituye uno de los factores más importantes para obtener una mayor productividad del cultivo’’.

Para minimizar problemas en la implantación y evitar la introducción de patógenos en lotes de producción, será necesario tomar algunas medidas de prevención:

- Realizar un diagnóstico del estado de cada lote. Para ello se tendrán que abrir vainas y evaluar presencias de mohos, ver si existen síntomas de ataques de chinches, observar el avance de mancha púrpura en las semillas y otras enfermedades de fin de ciclo, etc...

 

     

 

- Realizar un análisis temprano de germinación y sanidad para poder tomar decisiones a tiempo.

- Complementar en la cosecha midiendo el porcentaje de daño mecánico en semillas, a través de la prueba de hipoclorito recomendado para calibrar las cosechadoras.

 

 

- Conservar la semilla de soja en buenas condiciones; el elemento principal a tener en cuenta es el almacenamiento de la semilla con una humedad menor a 13% a fin de evitar la proliferación de hongos de almacenaje.

 

 

-Tratar las semillas con el fungicida curasemillas adecuado para cada situación ya que se observa un incremento del poder germinativo en las semillas contaminadas por patógenos de hasta un 8%.

 

 

-Utilizar semillas de alto vigor y poder germinativo y fungicidas curasemillas de amplio espectro, debido a que se suelen presentar condiciones adversas en la siembra (altas temperaturas y abundantes precipitaciones) con la consecuente posibilidad de acción de hongos habitantes de suelo que provocan fallas en la emergencia.

 

 

- Rotación de cultivos, muchos de los patógenos que causan estas enfermedades sobreviven sobre el rastrojo de cosecha, por ende la rotación de cultivos es una herramienta importante para reducir o prevenir la aparición de problemas sanitarios.